martes, 20 de diciembre de 2016

La comuna

El director danes gusta de engañar al espectador proporcionando le personajes sin sustancia falsos que  rellenan, pero que no van a ninguna parte.Thomas Vinterberg explica en su film lo que puede llegar ha hacer una mujer por el hombre que adora. Y lo hace mediante un entorno de  seres todos cuestionables y sin ambicion personal que dan soporte a los tres lados del histerico triangulo.La utopía de la idílica convivencia comunitaria fue una constante durante las décadas de los años 60 y 70 del pasado siglo. Una imagen bucólica en la que una vida basada en la colaboración y en el esparcimiento se apoyaba en la idea de grupo, rompiendo así las tiranteces que por aquel entonces el creciente individualismo feroz amenazaba con imponer. Vinterberg nos trae las relaciones que tenían lugar dentro de estos conjuntos. Tras heredar una casa de grandes dimensiones, Erik y su mujer Anna, ante la posibilidad de progresivo desgaste como matrimonio convencional , así como por la necesidad de cubrir todos los enormes gastos que ellos, por su cuenta, no se pueden permitir, deciden, tras medir los pros y los contras, compartir su nuevo hogar, ya sea con colegas de su juventud o con todo aquel que esté interesado. Tras una serie de entrevistas, los nuevos inquilinos se van incorporando a la vivienda, aportando así cada uno su grano de excentricidad. A partir de aquí, toda una serie de tramas se irán desplegando ante los sentidos del espectador.
Vinterberg observa el desarrollo de esta pequeña comunidad desde dos posiciones. En primer lugar, el director de Celebración atiende la congregación como un todo donde, en lugar de la supuesta equidad entre sus miembros, lo que comienza a manifestarse es una jerarquía donde unos importan más que otros. Esta falsa igualdad que se rompe en cada momento de tensión, y en el que la figura del líder se hace patente, es acompañada de una ausencia de reglas y normas que lleva a que la comunidad se tambalee ante cada obstáculo, complicando más las cosas. En segundo lugar, el realizador danés deja de contemplar el grupo como conjunto para centrarse en sus partes. En este sentido, tendrán lugar dos historias de diferente peso. Por un lado, Vinterberg representa el desgaste que, pese a todo, tiene el matrimonio que da origen al grupo. Erik, en sus salidas de la comuna para dar clases de arquitectura racional en la Universidad, conocerá a una alumna de gran parecido al de su mujer años atrás (según se intuye) y con la cual tendrá cada vez más cercanía. Esta historia de amor, así como la lucha y los métodos utilizados para evitar que los problemas derivados de esta fracción de la agrupación terminen por contaminar al resto ocuparán gran parte de la cinta.
Vinterberg vuelve a dar muestras de su manera original de retratar los conflictos humanos y de su buen manejo del drama. Algunos le echarán en cara que deje de lado el gracioso y analítico retrato de la convivencia del grupo para centrarse en el sentimentalismo de los problemas de pareja, pero lo cierto es que este retrato de la vida en común que supone La comuna , y del que puede decirse que haya varias conexiones con las relaciones que desarrollamos en nuestras sociedades actuales.
La comuna
Ficha tecnica.- Dinamarca, años 70. Un matrimonio decide convertir su casa en una comuna. La pareja descubrirá así las peculiaridades de la vida colectiva. Director Thomas Vinterberg Guión Tobias Lindholm, Thomas Vinterberg.-Música Fons Merkies
Fotografía Jesper Tøffner
Reparto Ulrich Thomsen, Trine Dyrholm, Martha Sofie Wallstrøm Hansen, Helene Reingaard Neumann, Lars Ranthe, Fares Fares, Julie Agnete Vang, Lise Koefoed, Adam Fischer, Magnus Millang, Oliver Methling Søndergaard, Rasmus Lind Rubin, Sebastian Grønnegaard Milbrat

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