lunes, 9 de mayo de 2016

el olivo

No es habitual em Iciar Bollain, este tono "verano azul" en sus películas. Con algún pedazo de guión innecesario y algún paisaje de mas, buscamos un olivo por toda  Europa. Una joven que vive en una granja de pollos junto a su familia a la que adora, especialmente a su abuelo. Entre ellos siempre ha existido una conexión especial, a pesar de que el pobre hombre lleva 12 años sin hablar. La muchacha cree que la causa de esto se debe a la venta de un olivo muy especial para ellos. Para conseguir que vuelva a pronunciar palabras, Alma recurrirá a su tío y a un grupo de amigos para emprender un viaje hacia algún lugar del continente e intentar alegrar al anciano. Si que trata las raíces de los lugareños, la perdida de algunos valores  y la insoportable invasión de los espacios rurales, pero son temas delicados para tratarlos como una comedia. Le sigue faltando rellenar la casilla entre  la violencia sexista y el fraude el agua, que si capto bien. El olivo es la nueva comedia de la directora y actriz que se centra en el impacto que supuso en España la venta de los olivos.  A través de situaciones y comentarios divertidos, casi frivolos, tanto Bollaín como el guionista Paul Laverty, habitual de Ken Loach, que aquí se lo toma como unas vacaciones (su marido, con el que ya colaboró con ella en Katmandú, un espejo en el cielo) remarcan la importancia de la familia y del valor que se concede tanto a las personas como a los objetos, así como a las cosas que las personas se están dispuestas para alegrar a los seres queridos. Actores poco reconocibles y menos creibles como las escenas rodadas en Alemania como Anna Castillo (Promoción fantasma) se convierte en una chica temperamental que hará todo lo que esté en su mano para alegrar la vida a su abuelo. Para ayudarla en esta misión el ganador del Goya Javier Gutiérrez (El desconocido), Aina Requena (Siete minutos), Carme Pla (La noche que va a morir Elvis) o el debutante en la gran pantalla Pep Ambròs.

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