sábado, 9 de abril de 2016

El novato/le noveau

Otra película del genero ruralizando París. Benoit tiene 14 años y acaba de mudarse del campo a París. Al llegar al colegio, su primer día no es como esperaba, y pronto se siente aislado. Entonces llega Johanna, una chica sueca que logra integrarse en el grupo más popular. Para seguir sus pasos, Benoit invita a todos a una fiesta en su casa a la que, sin embargo, sólo aparecen tres empollones. A pesar de todo, los cuatro pasarán una gran tarde e iniciarán una amistad que será puesta a prueba cuando Benoit sea aceptado por los populares. Rudi Rosenberg, un actor con más de 30 títulos a sus espaldas (entre ellos, ¡Mamá, preséntame a papá!), debuta en la dirección. En ella aborda un tema que ya había tratado en cortometrajes anteriores: la adolescencia (especialmente en la etapa de 2º de E.S.O.) y cuenta, en clave de comedia, el paso de la infancia a la madurez. Lo hace aprovechando los grandes contrastes entre niños de esta misma edad, algunos con todavía pensamientos infantiles, y otros más interesados en organizar fiestas o salir con chicas. Además, con el objetivo de crear una obra atemporal que llegue tanto a jóvenes como adultos, Rosenberg obvia en su guion frases de moda o el peso de las redes sociales en las nuevas generaciones para centrarse en temas más universales como las situaciones embarazosas o el deseo de pertenencia a un grupo y de ser popular. Después de un exhaustivo proceso de casting, que duró 10 meses y al que se presentaron más de 5.000 niños, Rosenberg (que buscaba a los jóvenes más gamberros de la clase) terminó conformando un grupo de traviesos protagonistas que convirtieron el rodaje de la película en todo un desafío. A la cabeza de ellos encontramos a Rephael Ghrenassia, que interpreta a Benoit en El novato. Como compañeros de fechorías encontramos nuevos talentos que, al igual que él, debutan en el cine, como Joshua Raccah, Guillaume Cloud-Rousel o Johanna Lindstedt. Junto a ellos encontramos al cómico Max Boublil (Les gamins) como el tío de Benoit. El propio Boublil fue compañero de travesuras de Rosenberg, muchas de las cuales han servido de inspiración al director para los gags de esta película.

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