miércoles, 13 de enero de 2016

Maggie/Contagius

Henry Hobson ha creado un mundo confuso, ocurro y triste, en el que no dan ganas de entrar ni casi compadecer. Opera prima también del guionista John Scott que se nutre de los clásicos y se desarrolla con sencillez y simpleza. También representa la vuelta o retorno a las pantallas de Arnold Schwarzenegger en un ambiente de zombies melancólicos, en el que no puede ni quiere abandonar su espíritu terminator al que consigue un arma cualquiera. Su papel luce mas en contraste con la delicada y sensible Abigail Breslin, quizá lo mas creíble del filme. La joven infectada por un virus, debe ser ejecutada por su padre como el chiste del conductor de carromato atropellado por un lujoso turismo. Lógicamente se le hace difícil y la agonía se eterniza. Las dentelladas del contagio avanzan también lentamente. La mente permanece mientras el cuerpo se descompone, pudre, huele bajo la protección del padre que tiene la esperanza de que, ocultos en su granja paradisiaca de la América profunda, evitara la brutal eutanasia. Virus zombie que puede inocular al cine la suficiente enfermedad terminal como para acabar con el. Original si se olvida al maestro y padre de zombies de cine Romero, quien también tenia claro que par hacer un film de zombies no hacen falta miles. Con dos o tres, el de la gasolinera, los vecinos, como Joely Richardson, Douglas M Griffin son suficientes.

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