martes, 14 de julio de 2015

Retratos de familia

De quien es la collilla de pitillo?. Con tan simple discusión por partida doble empieza el film sincero y contenido. Los cuatro personajes principales defienden, en una elogiosa secuencia, sus posiciones y distintas realidades. Los Lim son una familia que vive en el Singapur de 1997. Acaban de recibir a una nueva inquilina: Teresa, una mujer filipina que ha llegado a la gran ciudad para ganarse la vida como sirvienta. Las relaciones de los Lim, ya tensas por sí mismas, deberán adaptarse a la presencia de esta extranjera que, sin embargo, conseguirá conectar con Jialer, el joven problemático del que cuida. A pesar de los celos de su madre, Teresa dará al chico la sensación de pertenencia a una familia que se hunde. El realizador y guionista Anthony Chen debuta en la dirección de un largometraje, una historia que se basa directamente en las experiencias vividas durante su infancia en Singapur. De este modo, Chen nos habla de la relación casi materno-filial entre las criadas y los niños que cuidan, una práctica muy extendida en aquellas familias del país asiático en las que padres y madres trabajan a tiempo completo. Alejándose de la "crónica negra" que los medios hacen de estas relaciones, Chen compone un relato lleno de cariño en el que explora los aspectos positivos de estas interacciones emocionales. Chen recurre a Yann Yann Yeo, una actriz con la que ya colaboró en uno de sus cortometrajes, y cuyo embarazo repentino le obligó a dar un giro completo al guión. Lo que se mantuvo inalterable fue la especial relación entre Jialer, el joven hijo de la familia protagonista, y su cuidadora. Para el papel del muchacho, el equipo del film escogió a Jialer Koh de entre más de 8.000 niños, mientras que para el rol de Teresa, se escogió a Angeli Bayani, cuya historia de madre soltera encajaba a la perfección. Todos ellos potencian una cinta que consiguió, entre sus más de 20 premios internacionales, el de Mejor ópera prima en el Festival de Cannes 2013.

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