miércoles, 20 de agosto de 2014

Una cita para el verano/Jack Goes Boatin

No es preciso cargarse al lamentablemente fallecido Phillip Seymour Hoffman en su primera película de hace 4 años ya, porque incorpora NY como personaje como hace algún maestro. Tampoco es ético los comentarios escabrosos sobre la muerte de Robin ni lamentar y lloriquear, decenas de años después, que Lauren Bacall no estuvo suficientemente afable con el poderoso cronista cinematográfico. Sobre todo a muerte pasada. Film romántico y melancólico que repasa como funde la nieve en Central Park hasta el verano. Sin un estilo adquirido naturalmente, se sincera con el espectador con la fragilidad  de los sentimientos de dos parejas. Simplemente narra sin filosofar. Inspirada en la obra de  Bob Glauidini, que ya había interpretado, se apoya en John Ortiz y Daphne Rubin -Vega  para el matrimonio amigo y su Amy Ryan que le ayuda a desvelar sus contradicciones, inseguridades, debilidad y frustacion de su escaso glamour interior. Primeras citas, inicios de relacion, con estructura de comedia dramática, como la primera cena en que el tema principal es la agonía del padre. Seymour nos muestra las deficiencias afectivas que tenemos todos que arrastra su mirada perdida por la ciudad como conductor de limusinas y que su mejor amigo, otro chofer, le arregla una cita. Con ello sueña echado en una cama, para él el lugar mas vacío solitario y triste del mundo.

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