martes, 26 de agosto de 2014

Locke

Clara visualizacion de la soledad y angustia del hombre en el mundo y en la pantalla. Un personaje cuya trama argumental es el seguicio de llamadas telefónicas en el habitáculo del coche,en las que se intuye la problematica social y económica de un tiempo que no hemos pedido, que no es el nuestro y de ahí nuestra sorpresa. Siempre de noche en el coche y en todos los ángulos desde los que filma Steven Knight su propio guión. Como decorado todas las luces verdes y rojas,amarillas y azules de los intermitentes y semáforos fotografiado todo por Haris Zambarloukos. La sociedad inalámbrica y sin manos la componen principalmente sus compañeros de trabajo y alguno familiares. El recorrido en algunos espacios mojado, no tiene socavones ni obras complicadas. Tom Hardy, en una extraordinaria y estimulante interpretación, conduce este ejercicio de desnudo frente al mundo con solidez. Su otro yo, el coche sustituye en este genero claustrofobico a la diligencia, al bote salvavidas, al ataúd, a la cabina telefónica, etc. Focalizando al actor y manteniéndole conectado de alguna forma con el exterior. Se suma el film al genero de un decorado único y a una propuesta única para espectadores únicos.

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