lunes, 19 de mayo de 2014

Maniac

Enfermic seria la palabra. No hacia falta ni Elijah Wood para que un director, Franck Khalfoun lo rodara constantemente desde su mirada o el reflejo inútil en un espejo. El terror se diluye entre tanto asesinato, no en serie, sino al trote lechonero, donde lo importante es el descabello de la víctima para la colección. Los maestros del uso del cuchillo, mayormente un bowie, son los presuntos guionistas Aja y Levasseur, versionadores de clásicos en los 70, que hubieran podido rodar lo mismo en Little Big Horn, dejando a Custer para el final. Como ya ocurría en el original de los 80 de William Lusting y como añadiría algún candidato a las europeas, las señoritas son la carne propicia para este gore sin estilo. Como no tienen ninguno las pelucas de sus maniquies. Agotados de estar toda la noche matando montados en la cámara subjetiva no entretenemos recordando como se llamaban los principales actores y encontramos a Nora Arnezeder que se defiende a capa y espada, Genevieve  Alexandra y America Olivera. Que a partir de ahora tendran que ir con mas cuidado al contactar por internet.

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