domingo, 10 de junio de 2012

Habia una vez una isla


Takuu, una pequeña isla del suroeste del Pacífico. Mientras la subida del nivel del mar inunda las casas y se come las playas, la vida de esta comunidad culturalmente única se ve afectada por los efectos devastadores, reales e inmediatos del cambio climático. ¿Cuánto tiempo más podrán vivir en la isla los últimos 400 indígenas? ¿Qué opciones tienen de detener la subida del mar, sin recursos del gobierno ni ningún tipo de información oficial?. Esto explica este documental de Nueva Zelanda sobre esta comunidad polinesia.
Ante el clima de pánico general, dos científicos extranjeros, el oceanógrafo John Hunter y el geomorfólogo Scott Smithers, viajan hasta la isla para analizar los riesgos reales que amenazan a la población. Mientras, tres personajes de la comunidad, Telo, Endar y Satty,  permiten al director y cámara Brian March, entrar en sus vidas y en su cultura, a la vez que nos muestran de primera mano el impacto humando de la crisis medioambiental mundial.
El documental, un gran ejemplo de cinema verité, consigue escenas observacionales de un alto grado de intimidad, donde los protagonistas confiesan sus miedos, sus conflictos internos, su viaje personal ante la decisión de abandonar la isla y apostar por un futuro incierto a Bougainville –en el continente– o quedarse a Takuu y luchar por un camino diferente pero igual o más incierto.
Una historia sobre la vertiente humana del cambio climático que deja de ser un concepto abstracto para evidenciar su naturaleza devastadora, no sólo por su efecto directo sobre el territorio geográfico, sino también sobre las personas que lo habitan y sobre su identidad.

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