jueves, 17 de marzo de 2011

Associaco catalana de critics i escriptors cinematografics

Con ocasión del lamentable asunto en torno a la exhibición de A Serbian Film en
la última edición del Sitges Film Festival y la imputación de su director, Ángel Sala,
miembro de nuestra asociación, la ACCEC (Associació Catalana de Crítics i Escriptors
Cinematogràfics) quiere manifestar lo siguiente:

1) Ante todo, la ACCEC se suma a todas las declaraciones realizadas por diferentes
organismos, instituciones, asociaciones y demás colectivos en defensa de la libertad de
expresión y de circulación de las manifestaciones artísticas, que en todo caso sólo deben
implicar responsablemente a aquéllos que sean sus artífices, más allá de su propia valía
artística.

2) Los responsables de los circuitos por los que circulan las obras fílmicas no deben
ejercer una labor censora, pues esa acción no será nunca de su incumbencia y además
puede repercutir en el peligro de la autocensura. En todo caso deben actuar de forma
responsable en cuanto a la información sobre las características de las obras exhibidas
y las condiciones idóneas para su recepción, sin más límites que, por ejemplo, aquéllos
habituales establecidos en relación a la edad de los hipotéticos espectadores, tal como
ocurriera en este caso.

3) Desde la firme y obvia defensa de la libertad de crítica, que nos incumbe
especialmente, debemos reiterar la fundamental diferencia entre la valoración
crítica de un film, sea en el plano estético-artístico, ideológico o ético, y supuestas
consideraciones jurídicas. La crítica estética se funda en unos criterios de gusto, siempre
opinables y discutibles, pero que no pueden ni deben tener su traslación al ámbito
judicial.

4) La confusión entre las imágenes fílmicas y la realidad sólo puede entenderse desde
un sorprendente desconocimiento del funcionamiento de las ficciones. Transferir el
repudio sobre lo representado en el film a la existencia –y difusión- de la obra implica
un abuso interpretativo. La representación de hechos reprobables no hace reprobable al
vehículo fílmico que los evoca, dado que aquéllos se dan en el plano de la ficción y por
tanto en sí mismos no pueden causar ningún dolor.

5) La representación de conductas delictivas en los films se remonta a toda la historia
del cine y el hecho de que se aborden con mayor o menor realismo y/o sensacionalismo
puede afectar al buen o mal gusto, pero incluso este último no puede ser objeto de
persecución y condena penal.

6) Las características específicas de género de terror, de acrisolada tradición literaria y
cinematográfica, pueden exacerbar los aspectos más truculentos del relato y de la puesta
en escena, dado que una de las razones de su eficacia radica en el impacto sobre la
sensibilidad del espectador. De ahí que pueda ser recomendable que ese espectador esté

advertido sobre los rasgos del espectáculo al que asiste, pero en todo caso corresponde
a su libre albedrío la decisión de contemplar o no esos films y no a otras instancias
privadas o públicas que se arroguen la tutela de los espectadores mayores de edad.

7) En el caso concreto de A Serbian Film consideramos que su exhibición bajo ciertas
restricciones en un certamen cinematográfico español no debe verse más condicionada
que en otros festivales internacionales donde se ha mostrado y donde ha recibido
diversos premios. Si se alegan cuestiones que van más allá del gusto y se pretende
entrar en una dimensión afecta a la moral en general, no caben las diferenciaciones entre
países, salvo que pensemos que España sigue siendo diferente.

8) En cuanto la ACCEC forma parte de FIPRESCI (Féderation Internationale de la
Presse Cinématographique) debemos matizar la inexistencia de un “Festival FIPRESCI”
en Serbia, tal como se ha difundido repetidamente en numerosas informaciones sobre
este asunto. En todo caso cabe reseñar que A Serbian Film (Srpski film) obtuvo el
premio FIPRESCI al mejor guión en el 34th Film Screenplay Festival realizado en
Vrnjacka Banja, además del primer premio del propio festival.

Por todo ello no podemos dejar de solidarizarnos y apoyar a Ángel Sala en su
reconocido trabajo al frente del Sitges Film Festival-Festival Internacional de Cinema
Fantàstic de Catalunya en estos momentos en que se ve sujeto a una sorprendente y
desmedida imputación judicial.

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