sábado, 27 de noviembre de 2010

Propios y extraños

"Sé que no es una película redonda, pero está hecha de buenas intenciones". Con esta confesión, abría el debutante Manuel González la rueda de preguntas sobre su largometraje, Propios y extraños, la tercera cinta a competición en el Festival de Málaga-Cine Español. "Es ovalada", añadía a continuación el actor Manuel Tallafé, en un intento de romper el hielo tras la fría acogida de la crítica en el primer pase del filme.
Alrededor de 70 personajes desfilan por este "arriesgado" largometraje, en el que un programa nocturno de radio sirve de nexo de unión entre personas muy diferentes y distantes. Ha costado más de seis años de trabajo y "muchos problemas" por el camino, de los que González prefería no hablar. "Cuando un proyecto arranca con tantos problemas que restan energía e ilusión, conseguir hacerla es ya todo un éxito", apuntó Tallafé, en un nuevo capote al director de la cinta. González se inspiró en un conocido programa de testimonios, algunos desgarradores, de las madrugadas. "Vi que allí había un filón", ha asegurado. El espacio radiofónico se convierte en una especie de "confesionario, de gabinete psicológico" donde unos pueden ayudar, o al menos consolar, a los otros. Y ese es parte del mensaje de su película: "quería poner de moda el no mirar a otro lado, el echar un cable a los demás". Y lanza, además, otra idea positiva: "debemos sentirnos afortunados con lo que tenemos". La película, rodada entre Madrid y Buenos Aires, aporta "pinceladas" de cinco trágicas historias que se entrecruzan, donde cada papel es una "pieza dentro de un puzzle". "No hay tiempo para más", aseguró el director. Entre ellos, están rostros conocidos como Elena Ballesteros, Jordi Vilches, Isabel Prinz, Mapi Galán y los argentinos Jean Pierre Noher y Michel Noher (padre e hijo en la ficción y en la vida real).

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