jueves, 24 de diciembre de 2009

Animales de compañia

La segunda película del director Nicolás Muñoz, Animales de Compañía, se ha hecho esperar diez años después de su Ópera Prima de 1999 titulada Rewind.
Animales de Compañía nos advierte que estamos ante una tragicomedia sobre la familia, más concretamente con todos los trapos sucios que salen a la luz en las cenas familiares, tan prolijas estos dias.
De la película podemos destacar al veterano Miguel Rellán, un actor que como la copa de un abeto y que no ha podido destacar mucho en cine. Le acompañan en el reparto Mireia Ros, María Botto, Nancho Novo, Cristina Alcazar, Francisco Boira y Javier Pereira.
Animales de compañía no tiene un gran número de gags, y se hace un poco pesada, la mayoría de las escenas cómicas vienen del personaje interpretado por Nancho Novo.
Como es lógico en este tipo de historias, durante la cena se irán produciendo toda una serie de acontecimientos que sacarán a la luz todos los problemas de esta familia pero también todo el cariño que, en el fondo, se tienen los unos a los otros.Animales de Compañía, sólo que es un producto medianamente aceptable y poco más.
La sipnosis es la siguiente:Rafa (Miguel Rellán) cumple 65 años y, a su edad, sabe de sobra que las cosas salen siempre peor de lo que uno espera. Lo que él espera es que su hijo pequeño llegue tarde al cumpleaños y pase la mitad de la velada hablando con el móvil. Que su hija mediana, si es que llega, lo haga más tarde aún y sin regalo. Que su hija mayor no pare de meter cizaña sobre la mediana, y que su mujer simule todo el rato que son una familia perfecta. Eso es lo que Rafa espera
Los tópicos y clichés del cine francés y de cómo ellos también tienen sus tics. En su caso, su subgénero más trillado es el cine de familias. En efecto, se trata de una película sobre la familia y, en efecto también, no ha de ser bastante peor que la típica película francesa con la misma temática.
Es cierto que hoy en día, con cuatro duros y una buena subvención del Estado (que somos todos) te haces una de esas películas baratillas que puedes rodar en el salón de tu casa, donde lo importante no es otra cosa que el propio guión. O sea, los personajes, los diálogos, las interpretaciones, la historia que cuenta... todo eso suena realmente bien. Al menos sobre el papel. Los realizadores necesitan ingeniárselas para superar las limitaciones de presupuesto. Sin embargo, no todas las películas pueden ser El mariachi. El problema es que hay tener talento. Y éste no sobra, y menos en el cine español.
Sé que muchas veces apetece refugiarse en el cine patrio. Nada de americanadas, nada de rarezas suecas... lo que apetece es un poco de humor de tortilla de patatas. Eso nos pasa a todos. Pero no por eso hay que dar un chance a opciones a las que se les ve el plumero desde lejos. Sabemos perfectamente que aunque la película prometa hacerte pasar un buen rato riéndote, saldrás del cine prometiéndote a ti mismo no volver a ver cine nacional.

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