martes, 21 de abril de 2009

Man on ware

James Marsh es un director del que afortunadamente no he visto, The king y Wisconsin death trip, siempre referidos a olas de asesinatos cometidos en la América siempre profunda pero plácida. Aquí recoge el retrato de un personaje que se mueve entre el ser humano y el ser filosofía, ente etereo conciliando lo que podríamos llamar, la vida. El filme quiere levantar un tipo de cine y removernos otra vez las entrañas, sobre todo a los que da placer y diversión ver como la sangre corre por todas partes menos por las venas que llevan a la cabeza.
Nuestro funambulista, se toma una hora de reposo a 500 m del suelo, mientras la policía espera su presa mientras esta acaba el espectáculo. El documental galardonado con el ultimo oscar, evoca este triunfo del magnetismo y el desprecio al valor con fotos, declaraciones del protagonista y de todo el equipo que le ayuda a culminar cada uno de sus retos. También es una detallada reconstrucción del día de autos en forma de thriller rama atraco perfecto. Para lograr su fin elevado, tiene que burlar a los vigilantes, sortear obstáculos para finalmente tensar el cable que es su preciado botín.
Philippe Petit es feliz en las alturas, caminando por sus alambres o tendiéndose en ellos como si fuesen hamacas. Conquistado Notre Dame y la Opera de Sydney, en 1974 consiguió unir con su habilidad e intrepidez, las Torres Gemelas. A la mañana siguiente, el 8 de agosto, Richard Nixon dimitia sometido a la presion del Watergate. Hoy ya no podría. Otros, victimas del terror mas inútil y absurdo, han cruzado el aire mucho mas arriba que el. Ambas cosas espeluznantes.

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