martes, 24 de febrero de 2009

Cadillac records

Los biopics musicales siempre parten de la inferioridad de que el actor, por bueno que sea, nunca sera el original. Paso con Charlie Parker, Steve Wonder, Chubby Chekeer, Bola de fuego, Johnny Cash, Ray Charles, etc. Lo sabia Darnell Martin. Jeffrey Wrigth nunca puede ser Muddy Waters como salia en el film de Scorsese, El ultimo vals.
Pero dicho esto, Wrigth acompañado por otras interpretaciones de estrellas del soul de los 60 a cargo de Adrien Brody, Mos Def o Beyonce Knowles, llenan de pasión musical una obra bien hecha, casi épica por la época a la que nos traslada, mostrando la lucha por imponer una música de la que acabarian apropiandose los blancos. Mas convencional y superfluo por conocido es la pintura del esperpento que rodea a estas figuras parece que perpetuamente en declive desde su emergencia. Tabaco, drogas, mujeres, alcohol, peleas y crímenes, así como la lucha racial por el control de los clubs, lastran el buen regusto que en su día nos dejo Cotton Club. Revisión histórica de la música negra, un regalo para el cerebro intelectual de la época y otra aproximacion al tema como ya hizo John Sayles.
Biopic de un sello discografico como fue el Chess Records que reunió además de Waters, a Etta James, Chuck Berry o Little Walter. Ahora que vuelve el vinilo, coleccionistas y promotores animaros.

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