jueves, 23 de octubre de 2008

Diario de una ninfomana

Obviando el tema del cartel prohibido por la Espe en Madrid, hay que encontrar algún motivo a este film de Christian Molina basado en el libro homónimo de Valerie Tasso, excelente profesional de marketing en vender su producto. Sin haber leído el libro de esta hipersexualidad, ¿existe la ninfomania?, los diálogos son sosones y deja ecoute mon amie. De acuerdo que se rompa una lanza o un cesto para que la mujer pueda expresar libremente su sexualidad. Pero, ¿Que no podía ya? Si hacemos caso al experimento parcial del film puede resultar insuficiente, porque ¿hay que parecerse a Valerie de joven para ello?¿Para excitarse no hay que ser profesional?¿Hay limites para el escandalo?¿Hay que tener capacidad de sorpresa?¿es finalmente aburrido como parece, ser ninfomano/a?
Demuestra el film que el buen marketing no sirve para una buena evolucion sentimental desde la adolescencia, ni para sostener relaciones hacia buen puerto, ni para solucionar minimamente el problema social de la prostitución. El argumento mas viejo del mundo, conlleva una manera arcaica de filmar el guión, una músicas empalagosas tipo jetaime y colores mas calientes que las escenas de cierto voltaje. El film entra mal en los topicos de siempre, como conocer a su pareja, cambiarla sin saber que nunca se cambia a nadie, discernir de quien es amigo /a o no y no resolver si el matrimonio es una prostitución encubierta muchas veces.
El día a día nos lo cuentan como el señor director les da a entender, Leonardo Sbaraglia mas perdido que en el anuncio de la caspa, Belén Fabra, un buen producto de casting, Llum Barrera y la inestimable, esa si, seductora colaboración de Angela Molina y Geraldine Chaplin.

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