jueves, 22 de mayo de 2008

Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal

Después de haber visto las tres anteriores en el orden de producción, desoyendo consejos alteradores y con la música de Hombres G al fondo imagino el nuevo vendaval de Indiana, un Harrison Ford entrenado para la ocasión, luchando a fondo en Cannes con Allen, Kusturica, Eastwood entre otros. Pero el estreno se ha adelantado y aquí pocos oponentes tendrá. El lleno de esta tarde tormentosa ha sido total.
Se ven ropas usadas y arrugadas, ganas de entonar la canción a grito pelado, algunos se han agenciado el sombrero y la bolsa y se encuentran a faltar látigos. Principalmente para fustigar a los detractores de este ingenuo y efectivo cineasta que es Spielberg y al que nunca agradeceremos que sea la play station viva de varias generaciones.
Spielberg se ajusta al molde tan personal y tan resumen de la historia del cine que todo el mundo reconoce en el al compendio de maestros: un arranque agitado, un desenlace magnifico y sin azúcar, y en medio todos los ingredientes saludables divertidos, gozosos y que hacen que uno se agite sudoroso en al silla butacon.
El héroe tiene veinte años más y, el personaje aventurero y algo arqueologo, Harrison Ford, también. La mala del película es Cate Blanchet, morena, rusa, pero en su punto, apunto de hundir el Titanic en plena guerra fría. Reaparece, Karen Allen, y a su lado, con ánimo de arrebatarle el sombrero a Indiana Jones el personaje que interpreta el joven Shia LaBoeuf, quien en constante disputa con el doctor, comparte con él una buena ración de golpes y porrazos. Por lo demás, hay búsquedas, encuentros, colisiones, persecuciones, varias especies de animales no precisamente de compañía, desde escorpiones hasta unas hormigas con complejo de piraña..., hay de todo, mayas, rusos, motos, calaveras, marcianos... Nada nuevo, pero todo tan puro, tan esbelto, tan limpio, tan inocente, tan fresco que se agradece al equipo de George Lucas que nos hayan ahorrado casi todos los efectos especiales que podían haber invadido el reino de la calavera. Gracias otra vez Indiana. Sabemos, por que lo dice la canción, que has sido tu.

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