lunes, 10 de marzo de 2008

Cometas en el cielo

De Marc Forster solo me interesa hasta el momento Monster's ball y Descubriendo nunca jamas. También porque explica su manera de hacer cine desde la perspectiva norteamericana y como enfoca esta historia mas humana que política en Afganistan de los talibanes. Neutral frente a las mentes cerriles que por prohibir prohiben hasta los cometas, Forster retrata esta enorme tragedia desde Hollywood. La vida de un niño que huye con su padre al entrar las tropas sovieticas, vive en EEUU, es escritor de éxito y vuelve a la búsqueda de si mismo y del perdón. La novela best seller de Khaled Hosseini narra precisamente esto. Exilio, desarraigo, el peso de la tradición y la crueldad sobre los pequeños, narrados con un sereno eclecticismo que precisamente es lo que pone los pelos de punta aunque lleves turbante. O sea turba y averguenza ajena. 30 años en Afganistan, hasta el cambio de siglo, con una mirada británica sobre los conflictos de origen islámico, aderezado con la sal de poner algún taliban pederasta para que no falte de nada. The kite runner es la historia de una maravillosa de amistad, que ha fuerza de penar hace llorar y que por lo visto solo puede tener oportunidad en un lugar en el cielo para Kalid Abdalla y Homayoun Ershradi, los niños.
Añadiría aquí por coherencia la otra película de la semana con el desierto y el islamismo como fondo. "Bab Aziz" de Nacer Khemir, en su día autor de Los balizadores del desierto y contador de Las mil y una noches en un teatro de París, nos cuenta esta historia de cancion, misticismo y poesía con que baña como la luna, la inevitable muerte en paz, De una belleza sedante, es indicada para los que no consideren necesario o peligroso ir a buscar las tonificantes visiones en el propio y arenoso terreno tunecino e iraní.
Fabulas donde coexisten las culturas, donde al musica y la estetica reflejan al mito y perfilan el destino de nuestras vidas. Meditaciones árabes sobre el deseo, el arte y el mas allá, encuentran su color en este oleo de Khemir la cruda realidad final de la promesa eterna y tramposa de la zanahoria.

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